Nacimiento del Delirio

notas a:

El nacimiento del Delirio

El delirio nace siendo ya. Paradójicamente el origen es algo que acontece tiempo después de que algo exista. El delirio, privilegiado el algunas veces, muestra con fuerza como cuando algo es, lleva tiempo ya dándose. Cuando empezó, a caso importa, ay … quizá. El delirio tiene mucho que ver con el quizá, y últimamente o apenas hasta hace poco, aparecía a veces molesto en todo intento de enunciación.

Os dejo aquí un breve extracto:

«El quizá rompe la posibilidad de la línea y emerge de él, un posible que irrumpe en el tejido, trayendo al acá una geografía otra, fuera del, del allá.»

Es una palabreja extraña el quizá. Me parece que tiene algo de mágica, como las lechuzas. Palabra curiosa, que hace volar hacia arriba esa extraña densidad que tiene el pensamiento que puede ser anhelo. El quizá tiene sentido dentro de una razón sentida, puede ser una palabra, que afirmada con vida, movilice algo.

Pensar en la palabra quizá, que podríamos en algún momento llevar a concepto, es pensar inevitablemente en Chéjov. Su teatro es el “quizá” que nunca se realiza pero que aparece y es. Algún día podría hablar de esto.

El quizá es interesante y bello, porque tiene una relación sustancial con el presente, el futuro y el pasado. Participa de los tres de una manera neblinosa, danzarina, por eso me gusta el quizá. O eso creo.

Otro fragmento: «Un quizá que se hace todo el presente, que mira hacia que mira hacia atrás, el quizá dota de densidad un presente que se extiende hacia los fueros de las huellas de quienes nos han dejado ser.» Un quizá, creo, debe nacer de un espacio donde siempre o está o puede entrar un otro, nunca desde un yo. O al menos creo que ese tiene que ser el quizá deseable.

Aquí dejo «Es un salto que puede no realizarse, es más , por su estatuto discursivo se encamina hacia su no-realización como plan, pero su mero emerger y traerá el acá del presente implica una abertura, o una, como mínimo, modificación geográfica en tanto que venida.»

Me parece bella su ambigüedad, su indeterminación, lo hace respetuoso con la singularidad y colectivo.

El Quizá tiene la posibilidad de romper el régimen solipsista. Un día hablaremos de esto.

Hasta aquí esta primera prueba, delirante, que en un futuro se configure en algo más liviano, más mundano.

Veremos

Espero que os haya gustado, os espero para la siguiente.

Un beso y un abrazo